La mesa de evaluación reanuda hoy sus trabajos sin saber si habrá un veredicto
Fuente: la voz
El sector eólico gallego lamenta volver a estar en boca del todo el mundo, como ocurrió en el pasado. En los años en los que la Xunta estuvo en manos del PP, la especulación eólica movió 2.000 millones de euros en Galicia. Entre las adjudicatarias hubo empresas recién creadas vinculadas a empresarios y profesionales próximos al Gobierno. El asunto acabó en los juzgados, con el director xeral de Enerxía, Ramón Ordás, y su cuñado, el promotor Luis Castro Valdivia, imputados por supuestos delitos de tráfico de influencias.
El aplazamiento la semana pasada de la resolución del concurso de Industria, primero por un supuesto fallo informático y después, como admitió el presidente de la comisión de evaluación, por falta de tiempo para elaborar la lista de proyectos vencedores, ha situado de nuevo las concesiones eólicas en el centro de la escena política. El viento ha desatado una nueva tormenta. La historia se repite en un sector en el que los movimientos de la Administración siempre han sembrado tempestades.
El equipo técnico que presentará una propuesta a la mesa de evaluación se encuentra entrampado en la necesidad de casar proyectos anunciados políticamente, y presentados como ideas clave para el futuro económico de Galicia, con la realidad técnica a la hora de resolver un concurso de este tipo. «Hay criterios -explican fuentes próximas a los trabajos- que son más subjetivos y difíciles de ponderar, como los compromisos adicionales, la generación de empleo o la valoración que la Administración pueda hacer del plan industrial asociado». Pero «hay otros condicionantes -continúan- que son sumar y restar, que están perfectamente reglados».
En las horas previas al aplazamiento, los técnicos de Industria y del Inega trabajaban en el análisis de las posibilidades técnicas de determinados anteproyectos. Las horas de viento y la fiabilidad del modo en que se miden, junto con el tipo de máquina que presenta un candidato, determinan la viabilidad del parque. Cada zona, dependiendo de la densidad del aire, de la fuerza de empuje, puede requerir un modelo diferente de aerogenerador. Además, las horas de viento se pueden simular mediante un programa informático, basándose en datos que se conozcan de zonas próximas, o puede haberse medido durante años a través de una torre instalada en el lugar exacto en el que irá el molino. «Es bastante más fiable una medición de diez años, con una antena, que es una certificación fehaciente, que utilizar programas de modelización del viento», explica un experto del sector.
En eso está la comisión: en que proyectos por los que la consellería apostó desde el inicio del proceso no puedan ser revocados en un hipotético recurso por merecer menos puntos en este tipo de datos «más objetivo», explican las fuentes citadas.
Después de los comicios La mesa de expertos se volverá a reunir esta mañana, y nadie se atreve a pronosticar cuándo habrá un veredicto. El presidente de la comisión, Anxo Calvo, advirtió la semana pasada que hoy podría no haber una lista definitiva. Los representantes socialistas en la mesa ya han indicado que exigirán tiempo para poder analizar la documentación, a la que no han tenido acceso todavía. La prórroga fijada por Fernando Blanco expira el próximo viernes. En círculos socialistas se considera que lo más oportuno sería dejar el concurso para después de unas elecciones que ya han sido anunciadas por Touriño.
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