Copasa renuncia al negocio residencial, pero explorará el mercado de la vivienda protegida fuente: la voz
La coyuntura económica y el fuerte retroceso en las ventas de viviendas han sido claves para que la constructora ourensana Copasa abandonase la idea de dedicar sus esfuerzos a la construcción de vivienda libre. De hecho, esta actividad nunca fue el fuerte de la compañía, que siempre vinculó el grueso de sus operaciones a la obra pública, las concesiones y, en menor medida, la edificación de vivienda protegida. «Ha quedado aparcada la construcción de primera o segunda vivienda», avanzó ayer el presidente de la compañía, José Luis Suárez. Sin embargo, Suárez percibe un nicho de mercado en la vivienda protegida «porque es la alternativa mientras dure la situación actual», según el primer directivo del grupo ourensano. De hecho, aseguró que ya se habían presentado a todos los concursos que ha puesto en marcha la Xunta y en los que tiene importantes expectativas en el futuro. Escapar del negocio inmobiliario y afianzar su presencia en las infraestructuras «ha sido clave para sortear la crisis», según la empresa, que deja para el mercado exterior la edificación. Los planes se dieron a conocer en la presentación del balance de la compañía, que facturó 494 millones de euros en el 2007, un 20% más que el año anterior. Espera cerrar el presente ejercicio con un volumen de negocio de 550 millones de euros y crear 120 nuevos puestos de trabajo.
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