La sede de la agencia del espectro radioeléctrico generaría más de 200 empleos de calidad en Galicia Piden que la comunidad acoja el ente que regula las radiocomunicaciones
Fuente: La Voz
El espacio (espectro) radioeléctrico, aunque inadvertido para la mayoría de los ciudadanos, es un bien escaso e infragestionado por el que circulan las ondas que informan y entretienen (radio y televisión), comunican con los amigos (telefonía móvil), orientan (navegadores por GPS), conectan a cualquier parte del mundo (Internet wifi) o salvan vidas (comunicaciones de las policías y bomberos). Diferentes colectivos gallegos quieren que la agencia que regulará este espacio en España se ubique en Galicia, porque solo reportaría ventajas. Una de las principales es que generaría nada menos que unos 200 empleos de calidad, «con valor añadido», como explican desde el organismo que promueve esta solicitud, el Colexio de Enxeñeiros de Telecomunicación de Galicia.
La agencia estatal de radiocomunicaciones es un organismo ya planteado, pero todavía inexistente, cuya función desempeña, de forma escueta, el Ministerio de Industria. Sin embargo, es cuestión de tiempo que se cree este ente independiente, por el que ya pugnan Valencia, Andalucía y sobre todo Cataluña.
La agencia del espectro, como se conoce de forma coloquial, deberá desempeñar importantes funciones: controlar, planificar y organizar el espectro radioeléctrico, un espacio limitado cada vez más solicitado; inspeccionar las instalaciones radioeléctricas; hacer un registro de las radiofrecuencias; impulsar proyectos de desarrollo; anticiparse a las necesidades del sector y promover normativas específicas; y aprobar planes de eliminación de interferencias. Se podría decir que la agencia determinará qué servicios de telecomunicaciones y en qué cantidad se podrán ofrecer ahora y en el futuro.
Todas estas funciones, complejas y fundamentales para sentar las bases del desarrollo tecnológico español deberán ser llevadas a cabo por personal altamente especializado. Gente con mucha preparación y experiencia -tanto en la gestión como en la investigación- que beneficiaría sustancialmente a Galicia; y eso, en lo que se refiere a empleos directos, porque una agencia de este calibre también genera muchos trabajos indirectos al externalizar algunos de sus servicios. En la comunidad ya hay una gran cantera: la tercera escuela de telecomunicaciones más antigua de España (en Vigo), empresas de tecnología punteras en Europa y hasta operadores propios. Pero además Galicia es un singular campo de pruebas por su dispersión poblacional, su orografía o su ubicación de frontera. Lógicamente, la agencia necesita nutrirse de profesionales de diferente nivel y en distintas ramas, que además se comunicarán con el resto de la sociedad.
La propuesta del Colexio de Enxeñeiros de Telecomunicación cuenta con el apoyo unánime de los políticos gallegos y de todo el sector.
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