El plan Bolonia abre una brecha entre los universitarios gallegos Sindicato de Estudiantes y Comités seguirán con protestas, de las que otros grupos se mantienen al margen
Los colectivos estudiantiles solo coinciden en que faltan recursos y ha habido carencia de información
Fuente: la voz
La Ley Orgánica de Universidades (LOU) logró algo que no conseguirá Bolonia, poner a toda la comunidad educativa en su contra. El espacio europeo de la enseñanza superior ha generado críticas, protestas, movilizaciones que en Barcelona están alcanzando una intensidad considerable, pero no ha conseguido unir a profesores, decanos, rectores y alumnos.
No lo ha hecho ni a nivel estudiantil, donde las posturas están totalmente enfrentadas. Desde un no rotundo a todo lo que supone la puesta en marcha de grados y posgrados (Sindicato de Estudiantes) o un rechazo claro pero no tan intenso (Comités Abertos) hasta una balanza de pros y contras (Iniciativa Estudiantil Galega, Iesga) o una valoración mayoritariamente positiva (Federación Acción Universitaria Galega, Fauga). Un debate entre ellos deja claro que coinciden básicamente en una crítica: la falta de información que ha caracterizado al proceso.
Daniel Rodríguez y Arturo Casal, de Fauga, aseguran que la homologación de los títulos con Europa es muy positiva, así como que los grados, más generalistas, y que los posgrados, más especializados, se enfoquen al mercado de trabajo favorecerá la inserción laboral. La metodología docente orientada al alumno, con tutorías y trabajos individualizados, también mejorará la enseñanza si se pone en práctica con recursos económicos, algo de lo que por el momento desconfían. Manuel Abelleira, del Sindicato, solo comparte una afirmación, que no hay inversión.
El coordinador en Galicia de este colectivo, el que lidera a nivel estatal las movilizaciones, no encuentra nada positivo a Bolonia. Los grados de cuatro años devaluarán las tradicionales carreras, con lo que salir con un título debajo del brazo no servirá de nada para incorporarse al mercado laboral si no se tiene un posgrado (con un coste que según Abelleira será inasequible para las familias trabajadoras). La entrada de las empresas privadas mercantilizará las carreras y hará que pierdan peso las humanidades y, finalmente, «crearase un sistema elitista onde moi poucos van estudar». El Sindicato ya anuncia nuevas movilizaciones en Galicia en el primer trimestre del 2009 contra Bolonia y hace un llamamiento a los Comités Abertos para que se adhieran a su campaña.
Sin unión Pero los Comités, explica Ledicia Fernández, «temos unha liña propia», por lo que mantendrán protestas en contra de la subida de las tasas de matrícula de las carreras y del plan de financiación, «que son unha consecuencia de Bolonia», pero sin unirse al Sindicato.
Para este colectivo, mayoritario en Galicia, Bolonia tiene poco positivo. Supone un proceso de privatización de la universidad, «con carreiras de humanidades que van desaparecer, e un claro retroceso, porque se antes as filoloxías tiñan un tronco común e despois se separaron en distintos títulos, agora quere volverse atrás», indica. En la posición quizá más intermedia de los colectivos estudiantiles se sitúa Iesga. Para ellos, los llamados créditos ECTS van a suponer que mejore la docencia y se acabe «co actual modelo anquilosado de clases maxistrais». Tampoco ven mal que la empresa colabore con la universidad, «porque esta non pode ser allea á sociedade», siempre que no se vulnere la autonomía de las instituciones de educación superior. Por el contrario, critican la escasa participación que se ha dado a los estudiantes en el proceso, que no se incrementen las becas ni la financiación y que se burocratice el sistema. Posturas distantes entre el alumnado que, en esta ocasión, y al contrario que con la LOU, no están condenadas a entenderse.
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