Cornellà tendrá un centro pionero en energía solar
El sol es una fuente de energía gratuita y buena parte de la tecnología para aprovecharla también lo es. Con estos dos pilares, la Fundació Terra pretende cimentar en Cornellà el Espai Solar, el primer centro europeo de estudio y aplicación de la energía solar a la vida cotidiana.El espacio, que se ubicará en unos solares del pasaje de la Plàsmica, será un laboratorio de investigación, un aula de divulgación y un taller de ensamblaje de reflectores solares para uso doméstico e industrial.El pasado martes, el ayuntamiento de Cornellà, Iberhogar y Fundació Terra firmaron el acuerdo que permitirá impulsar el centro, que abrirá el último trimestre del año, según dijo Jordi Joan Miralles, presidente de la Fundació Terra. |
 |
El alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, aplaudió el caracter
"innovador y a la vez social" de la iniciativa. Balmón definió la
participación del consistorio en el proyecto como "la voluntad del
ayuntamiento de trabajar por el medio ambiente".
La estrella del espacio serán los reflectores, inventados por
Wolfgang Scheffler en 1986, que permitirán obtener energía aplicable
a la vida cotidiana (como para calentar la comida en una cocina) y
también usos industriales como tintorería, limpieza de piezas a
presión y secado de lodos de depuradora.
El Espai Solar aspira a convertirse en el primero en Europa que
fabrique reflectores de 16 metros cuadrados, capaces de generar
3.000 watios de potencia. Los aparatos de Schleffler están
pensados "para personas sin recursos", dice Miralles, por lo que no
se han implantado en Europa pero triunfan en la India. El modelo de
reflector con pantalla utilitaria de Cornellà --con un
diámetro de 1,60 metros-- será de aluminio y atenderá el
consumo local.
El principal uso del reflector doméstico es como cocina exterior.
"Es una especie de barbacoa solar", explica Marta Pahissa, ingeniera
de la Fundació Terra. El artilugio es capaz de cocinar un plato
elaborado en un tiempo similar al de una vitrocerámica. La intención
es fabricar anualmente entre 100 y 200 cocinas solares, que
tendrían un precio de venta de entre 180 y 200 euros.