SEMINARIO PLANETA TIERRA: CIENCIAS DE LA TIERRA PARA LA SOCIEDAD APLICACIÓN Y USO DE LA GEOQUÍMICA PARA LA EXPLORACIÓN GEOTÉRMICA
El doctor Pedro Hernández fue presentado por Nemesio Pérez, vulcanólogo y Miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife.
A diferencia de la mayoría de las fuentes de energías renovables, la geotérmica no tiene su origen en la radiación solar sino en la enorme diferencia de temperaturas existentes en el interior de la Tierra y que van desde los 15ºC de la superficie a los 4.000ºC del núcleo. Esta diferencia de temperaturas, conocida como gradiente térmico, origina un continuo flujo de calor desde el interior de la Tierra a la superficie. Los manantiales de agua caliente, géiseres, fumarolas, hervideros, pozas de lodo, terrazas de sílice y otras manifestaciones superficiales del calor encerrado dentro de la Tierra son las evidencias más claras de este flujo de calor hacia la superficie. La distribución de las manifestaciones termales en la superficie de la Tierra no es uniforme y obviamente está relacionada con zonas de actividad tectonovolcánica reciente.
El principal propósito de la exploración geotérmica es definir el tamaño, forma y estructura de un área geotérmica y determinar sus características principales: el tipo de fluido, su temperatura, composición química y su capacidad de producir energía. Estas características pueden ser determinadas en dos formas: por exploración superficial y con perforaciones exploratorias. Debido a que es mucho más barato hacer exploración superficial que perforar pozos, siempre se realiza un extenso programa de exploración superficial antes de comenzar a hacer perforaciones. La exploración geotérmica en los sistemas de alta temperatura (>100ºC) conlleva generalmente la realización de cuatro fases bien definidas: reconocimiento, prefactibilidad, factibilidad y desarrollo y explotación. En las fases de prefactibilidad y factibilidad es donde se realizan los estudios de prospección geotérmica, destacando los geológicos, geofísicos y geoquímicos. Estos últimos presentan una ventaja muy importante respecto a los geofísicos: su relativo bajo coste económico.
Las técnicas de prospección geoquímica para el estudio de yacimientos geotérmicos consisten principalmente en el análisis de las aguas de los manantiales calientes y de aguas frías superficiales (ríos, lagos, lluvia, etc.), de las emisiones gaseosas de las fumarolas y hervideros, y de las emisiones difusas o no visibles principalmente de dióxido de carbono (CO2). Estas técnicas nos permiten conocer las condiciones físico-químicas del sistema hidrotermal en profundidad e investigar las variaciones existentes en la composición de los fluidos termales, la temperatura (y presión) del fluido a profundidad, el origen de los fluidos, la dirección de flujo en el área y los tiempos de residencia de los fluidos bajo la superficie, así como el gradiente geotérmico y la profundidad a la cual se presenta ebullición por primera vez en el sistema.
La determinación de todos estos parámetros se hace utilizando los resultados de los análisis químicos e isotópicos de las descargas del sistema en la superficie. La determinación de la temperatura del sistema a profundidad utilizando métodos químicos es muy importante, ya que en la etapa de prefactibilidad y factibilidad, la prospección geoquímica es la única metodología útil por la cual se puede obtener una estimación de la temperatura del yacimiento geotérmico.
fuente: EERR autor: PEDRO ANTONIO HERNÁNDEZ PÉREZ |