| T O P I C R E V I E W |
| felix |
Posted - 20/04/2008 : 10:02:43
Reservas de petróleo para 40 años
La alocada carrera alcista del crudo plantea numerosos interrogantes, entre ellos, el de si ha llegado o no el momento del declive inexorable de la producción
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El viejo debate sobre el fin del petróleo está más vivo que nunca. La noticia de que Repsol ha descubierto un gigantesco yacimiento en Brasil (en el mar, a 2.000 metros de profundidad y a 120 kilómetros de la costa carioca) y, sobre todo, la larga lista de máximos históricos que suma ya la cotización del crudo (los últimos esta misma semana), lo han alimentado. 1. El Pico de Hubbert. La teoría formulada por este ingeniero de la todopoderosa Shell a mediados de los cincuenta trata de establecer el momento a partir del cual las compañías petroleras no lograrán reponer las reservas que consumen con el hallazgo de nuevos yacimientos. Es decir, el punto en el que la producción de crudo comenzará a caer irremediablemente. Hubbert predijo que, en el caso de Estados Unidos, esto ocurriría en 1970. Y acertó. Para el mundo, fue menos concreto: finales del siglo XX o principios del XXI. 2. Informes contradictorios. En realidad nadie se atreve a ser demasiado preciso y por cada informe que anuncia que ese momento ha llegado o está a punto de hacerlo, hay otro que afirma que los nuevos yacimientos y el desarrollo de sofisticadas técnicas de extracción (entre ellas la exploración de aguas profundas: a más de 2.500 metros, y la realización de pozos horizontales y ultraprofundos: a más de 6.500 metros) lo retrasarán en el tiempo. 3. Nuevos yacimientos. Repsol acaba de anunciar el hallazgo de una gigantesca bolsa de petróleo en aguas brasileñas. La compañía española y sus socios en el proyecto (Petrobras y British Gas) se han mostrado muy cautos sobre el alcance del descubrimiento, pero las primeras informaciones, filtradas por el director de la Agencia Nacional del Petróleo de Brasil, Haroldo Lima, hablan del mayor hallazgo en 30 años: 33.000 millones de barriles, lo que lo convertiría en el tercer campo del mundo, por detrás de los de Ghawar (en Arabia Saudí) y Cantarell (México).
No hay duda de que la gran esperanza para un mundo que produce 81,66 millones de barriles de petróleo al día y consume 83,72 (según los datos recogidos por BP en la última edición de su prestigioso Statistical Review of World Energy) está en el descubrimiento de nuevas reservas. Las actuales se sitúan en 1,2 billones de barriles, solo suficientes para atender la demanda (a razón de 30.557 millones anuales) durante los próximos 40 años. Y eso sin tener en cuenta que el consumo de países como China o la India crece a marchas forzadas, algo que podría recortar significativamente esa cifra. Hay quien dice que incluso a la mitad.
4. El maná del Ártico
. Es por esa necesidad acuciante por lo que muchos han puesto sus ojos en el Ártico. El deshielo inherente al cambio climático ha desatado ya una lucha por los recursos energéticos de la zona y los cinco países árticos (Rusia, Estados Unidos -por Alaska- Canadá, Dinamarca -por Groenlandia- y Noruega) están listos para hacer valer su soberanía.
Un informe del servicio geológico de EE.?UU. del año 2000 afirmaba que «el Ártico alberga un 25% de las reservas desconocidas de petróleo y gas», pero son muchos los que consideran que lo que allí se esconde es una incógnita, que puede ser el 25% o solamente el 2%.
5. Inversión en nuevas tecnologías.
Lo que es incuestionable es que las compañías petroleras deberán dedicar ingentes cantidades de dinero a la inversión en tecnologías que permitan acceder a yacimientos que hasta el momento se muestran inalcanzables y también aprovechar recursos hasta ahora despreciados por su elevado coste, como los petróleos pesados y extrapesados. Con la cotización por encima de los 115 dólares, la verdad es que fondos no les van a faltar.
En cualquier caso, e independientemente del cuándo, lo cierto es que el petróleo es un bien finito y, tarde o temprano, las reservas se agotarán. Tan fácil como que la copa comienza llena y termina vacía. Es necesario, por tanto, que consumidores y productores se preparen para adaptarse a un nuevo escenario energético. Y, como reconocen en la Agencia Internacional de la Energía (AIE, el organismo encargado de velar por los intereses de los países consumidores de oro negro): «Debemos abandonar el petróleo antes de que él nos deje a nosotros».
fuente: la voz Autor: Mercedes Mora |
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