Hacienda ingresa 4.200 millones extras por la subida de los carburantes
La estimación es que, del total de lo percibido en este sector, ?un 70% procede ?de la venta del gasoil
La recaudación del impuesto de hidrocarburos ha crecido un 10% en cuatro años, pese al descenso del consumo
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El encarecimiento del petróleo, situado en máximos históricos, tiene su lado bueno para las arcas públicas, al contrario de lo que ocurre con los consumidores. La subida de 60 dólares que el barril de crudo ha experimentado en los últimos cuatro años ha permitido a Hacienda ingresar, vía impuestos, 4.200 millones de euros con los que no contaba al principio de la legislatura, pues nadie imaginaba entonces que la cotización del llamado oro negro se iba a disparar en apenas cuatro años hasta alcanzar los 100 dólares. Y es que la moderación en la demanda de los carburantes no ha sido tanta como podía esperarse dado lo ajustado de los presupuestos familiares.
Esos ingresos extras proceden tanto del IVA como del impuesto de hidrocarburos. Los recursos obtenidos por este último han crecido un 10% en ese período, ya que el pequeño descenso en el consumo de gasolinas fue compensado por un aumento del del gasóleo (del que se venden 5,5 litros por cada uno de aquellas, en concreto, 36.700 frente a 6.700 en el 2007). Así, los ingresos anuales que el Estado obtiene por este tributo especial han superado la escala de los 9.000 millones en que se mantuvieron durante la pasada legislatura (2000-2003) para situarse por encima de los 10.000, desde los 10.123 millones del 2004 hasta los 10.715 millones del 2007, si bien los últimos datos apuntan un estancamiento (-0,3% en enero).
Un petróleo más caro dispara la inflación, reduce el crecimiento económico y agrava el déficit exterior, pero también contribuye a reducir el consumo energético y su impacto económico es menor en aquellos países que tienen como moneda al euro, al haberse revalorizado este con fuerza frente al billete verde (este miércoles superó los 1,53 dólares en un nuevo récord). Por ello, la preocupación del Gobierno depende mucho de que el coste real del crudo no se desvíe mucho de la estimación con que elaboró los últimos Presupuestos Generales, los del 2008. Allí apuntaba un importe medio de 71 dólares por barril, pero, según los últimos datos del Ministerio de Industria, en enero ya se alcanzaban los 92.
El oro negro dobla su precio
El cálculo de los técnicos es que por cada dólar que sube el petróleo, el fisco recauda 70 millones de euros más. El barril de Brent, referente europeo, se cotizaba a 38 dólares en Semana Santa del 2004, mientras que en el verano del 2006 rondaba los 62. El pasado miércoles el precio del oro negro superaba los 98 dólares (2,6 veces más de lo que valía cuatro años atrás), y aun así se podía hablar de respiro mínimo tras su último máximo de 102,3 dólares. El problema es que, según los expertos, la demanda de las economías emergentes -sobre todo, China- aún es fuerte y ello aleja la posibilidad de que el mercado se estabilice.
La gran carga fiscal que pesa sobre los carburantes, además del IVA, es el impuesto sobre hidrocarburos, de carácter lineal y que supone una tasa fija por cada 1.000 litros de carburante que oscila entre los 270 euros del gasóleo, los 372 de la gasolina 95 y los 403 de la sin plomo 98 o la súper 97. Aquí, al contrario que en el IVA, un encarecimiento de los carburantes reduce la recaudación, al presionar a la baja la demanda. Por ello, sus ingresos fiscales (unos 10.365 millones anuales de media en esta legislatura) solo subieron un 3,4% en el 2004, apenas un 0,9% en el 2005, un 2% en el 2006 y un 2,9% en el 2007, lejos ya de los incrementos del 6% y el 6,5% contabilizados en 1998 y 1999.
fuente: J. A. Bravo (la voz)